Sistema vial andino: ingeniería y materiales utilizados.

Boletín de Prensa No. 382
Quito (23-07-2014).- El Qhapaq Ñan es un sistema vial andino conformado sobre la base de una red de caminos, dispuestos estratégicamente para mantener la dinámica de integración administrativa, política y cultural cubriendo en toda su extensión la geografía andina.
El único sistema vial articulado continental
Esta red vial es el producto de la acumulación de múltiples experiencias a lo largo de siglos de historia andina. De hecho, se sabe que los diferentes pueblos andinos trazaron caminos y rutas, que luego los incas en el siglo XV, incorporaron y articularon a su propio sistema caminero y de expansión. El logro más impresionante de este desarrollo fue la capacidad de organización de los caminos como un único sistema articulado de dimensiones continentales.
Las rutas del Qhapaq Ñan se extienden por territorios de los actuales países de Perú, Ecuador, Colombia, Argentina, Bolivia y Chile.
El sistema vial andino, constituyó la obra tecnológica más importante de América prehispánica, dirigida a la integración territorial en zonas de compleja geografía. Este sistema de caminos, almacenes, puestos de control y centros poblados logró concentrar la sabiduría de todos los grupos étnicos pre-existentes en este variado territorio, comunicando pueblos desde el sur de la actual Colombia hasta la parte meridional de Chile y Argentina.
Hasta hoy, se pueden observar las diversas obras de ingeniería, en diversos grados de conservación, tan grandes trechos de la vía troncal y de las vías alternas e incluso muchos de sus elementos estructurales: puentes, calzadas empedradas, muros de contención, canales, cunetas y desagües de aguas lluvias, así como parte de la estructura en monumentos asociada a ella como: pucarás (fortaleza), tambos (albergues), corrales y chasquihuasis (albergues pequeños reservados para los mensajeros o chasqui que llevaban las noticias por el amplio territorio).
Técnica constructiva y materiales utilizados
Los caminos andinos demandaron la planificación de ingeniosos sistemas constructivos destinados a vencer las adversidades de la irregular topografía montañosa. El trazado se realizó sobre una línea que permitía unir los principales centros urbanos y administrativos. Adicionalmente los ingenieros incas procuraban llevar la ruta por zonas donde era factible conseguir abastecimiento de agua, indispensable para la alimentación y atención a los viajeros después de cada jornada. En cuanto a la parte física, el ancho de la vía tiene entre 3 y 4 m, aunque es factible encontrar tramos angostos de hasta 1 m. y más anchos de hasta 7 m.
El Qhapaq Ñan era generalmente empedrado con “canto rodado”; contaba con zanjas en los lados para escurrimiento de aguas lluvias y al topar con lugares de difícil circulación, como pantanos, ríos o quebradas, se resolvía con la construcción de puentes de piedra, troncos de madera y puentes colgantes.
Cuando el camino encontraba terrenos muy empinados, se construían escalones zigzagueantes para vencer la pendiente. Un complemento de la red vial era el sistema de tambos construidos en su trayecto. Considerando la capacidad de caminar de una persona, los indígenas realizaban jornadas de aproximadamente 20 a 25 Km., al término de la cual debían encontrar un tambo o alojamiento, vituallas y espacios apropiados para pernoctar.
Período Inca
Los tambos poseen por lo general un patrón constructivo integrado por los siguientes elementos: una construcción alargada llamada “kallanka”, que servía para vivienda o dormitorios colectivos, una cancha, consistente en un conjunto de habitaciones pequeñas alrededor de un patio delimitado por un muro, almacenes o depósitos, por lo general pequeños recintos cuadrangulares adosados que formaban una o dos hileras.
El tambo se complementaba con un sistema de abastecimiento de agua, corrales y en algún lugar cercano podía existir incluso un Pucará que tuvieron su auge en la época inca. La obra de construcción se realizaba cuando el Inca ordenaba una campaña de expansión militar. Para ello el pueblo aportaba con la mita, que consistía en un turno de trabajo obligatorio. De esta manera se garantizaba la eficiencia del aparato militar, y posteriormente del sistema administrativo.
El mantenimiento de los caminos lo realizaba la gente de los pueblos, vecinos, como parte también del impuesto que debían pagar al Estado. El Qhapaq Ñan era transitado únicamente por la gente autorizada. En primer lugar el Inca y su familia, que se movilizaba sobre literas y con un séquito de más de un millar de personas. Lo transitaban también los ejércitos, viajeros, mitimaes, administradores y los encargados de movilizar productos a los depósitos. Estos eran transportados en llamas, animales que pueden cargar un peso de 75 Kg. En trayectos diarios de no más de 30 Km.
El camino era utilizado también por los Chasquis o correos, encargados de recibir y trasladar mensajes a una velocidad asombrosa. Un Chasqui, una vez que recibía una noticia en forma oral o mediante un “Quipu”, corría a máxima velocidad una distancia de 1200 m., al cabo de la cual esperaba otro corredor para continuar con la posta. Este sistema de comunicación permitía que un mensaje del Cuzco a Quito, llegase en menos de diez días.
La red vial fue de los soportes más importantes del eficiente funcionamiento del aparato estatal y militar. Con seguridad los caminos existían antes del esplendor del Período Inca, pero fueron los cuzqueños los que ampliaron y mejoraron la red vial.
En el caso ecuatoriano están reconocidos 108 kilómetros de camino, que incluyen a 49 sitios arqueológicos; igualmente importantes son las manifestaciones culturales, tales como la infraestructura agrícola tradicional, los sitios de carácter sagrado, las fiestas locales y regionales, la gastronomía, los conocimientos tradicionales y otros, que constituyen un mosaico complejo de valores de profunda raigambre, presente, aún hoy, en las comunidades indígenas y mestizas, que habitan a lo largo de su ruta asociados a 31 comunidades, en 22 secciones y subtramos.
FRL