Sillas anfibias cumplen sueños de personas con discapacidad

Cortesía: El Telégrafo

(Manta, Manabí. 25-02-2019).- La alegría de Valentín Loor era infinita. Estar por primera vez en el agua azul y cálida de la playa El Murciélago, de Manta, le generaba una alegría insuperable. Él es un adulto con discapacidad, llegar a la playa, sumergirse en el mar y sentir el golpe de las olas en su rostro era uno de sus sueños y lo cumplió en esta ciudad, que cuenta con una playa inclusiva.

Otra historia es la de Carmen Ortiz, guayaquileña, quien ingresó al mar siguiendo las recomendación de los salvavidas. “Es un privilegio disfrutar de las olas, del sube y baja de la marea. Me siento volando en el agua” dijo entre risas.

Valentín, Carmen y muchas otras personas con discapacidad disfrutan de esta playa manabita con las facilidades y garantías necesarias para vivir una experiencia inolvidable. Cinco sillas anfibias son utilizadas por las personas con discapacidad, y tienen adaptaciones para movilizarse por la arena floja e ingresar al mar. Se estima que en año 2018 unas 50 personas accedieron al servicio.

Cinco sillas anfibias son utilizadas por las personas con discapacidad, para movilizarse por la arena floja e ingresar al mar. Se estima que en año 2018 unas 50 personas accedieron al servicio.

Además de las sillas anfibias, en esta playa Murciélago, las personas tienen la asistencia de rescatistas que brindan seguridad a los bañistas y a sus familiares. Ricardo Pin, es uno de ellos y comenta que se encuentran agrupados en la Fundación Salvares que apoya a la ciudadanía con discapacidad. “Con las sillas anfibias tiene la posibilidad de tocar el mar y flotar. Son seguras y es necesario la supervisión de un socorrista” señaló.

El rescatista indica que el uso de las sillas se lo realiza siempre con acompañamiento, es decir, la personas con discapacidad deben estar acompañadas de un familiar, la experiencia es supervisada desde las tres torres ubicadas sobre la arena, donde más voluntarios observan y alertan a los bañistas ante alguna anormalidad.

Las dos últimas sillas llegaron gracias a la contribución de Mario Murillo, su familia y un grupo de personas radicadas en la ciudad de Boston, Estados Unidos, que forman parte del colectivo “Amigos de Manta”. Las sillas fueron entregadas al Patronato Municipal de la ciudad.

Las personas que deseen acceder a este servicio deben acercarse a la dirección de turismo de Manta o hasta las torres salvavidas, ubicadas en la playa El Murciélago, para solicitar las sillas y el acompañamiento. El servicio es totalmente gratuito.

La directora (e) de turismo del Municipio de Manta, Daniela Delgado, indica que este y otros elementos posicionan a la ciudad como un destino de turismo inclusivo. “Es positivo para la ciudad, las personas que arriban con sus familiares y tienen problemas de movilidad las solicitan. Ahora son dos más que se suman para ayudar a este segmento de turismo a vivir una experiencia en el mar”.

La playa El Murciélago cuenta con más elementos para las personas con discapacidad, entre ellas rampas en el malecón y en las orillas. El balneario manabita se convierte en un destino inclusivo que busca atraer a más viajeros con discapacidad para vivir aventuras únicas en las playas ecuatorianas.