Ministro de Turismo, nombrado “Prioste Mayor” de las Octavas de Corpus Christi de Pujilí

(Quito, Pichincha. 09.06.2017).- Una comitiva integrada por autoridades del cantón Pujilí, danzantes y banda de pueblo, llegó este viernes hasta el Ministerio de Turismo, para nombrar a su titular, Enrique Ponce De León, como “Prioste Mayor” de las Octavas de Corpus Christi.
En medio de la música, el baile de los danzantes y la alegría del público, el Ministro de Turismo, Enrique Ponce De León recibió de manos del alcalde de Pujilí, Fernando Matute, el Acuerdo mediante el cual lo nombran “Prioste Mayor” de la Fiesta del Corpus Christi, cuyo desfile, se realizará el próximo sábado 17 de junio, a partir de las 09h00.
“Queremos que a través de la cultura se fortalezca la unidad del país”, dijo el alcalde, en su intervención, al tiempo de destacar el trabajo que realiza el Ministerio de Turismo, en el mundo, para promocionar esta riqueza cultura andina, que cada año convoca a miles de turistas.
El ministro Ponce De León, luego de recibir el tradicional poncho, el sombrero y una réplica del Danzante de Pujilí, expresó su agradecimiento por haberlo nombrado prioste y destacó que “la cultura y el turismo van de la mano” y que por lo tanto su trabajo estará encaminado a convertir a Ecuador en un escenario vivo de las culturas y tradiciones, para atraer cada vez más turistas ávidos por conocer y disfrutar de nuestras culturas milenarias.
Las Octavas de Corpus Christi de este año contarán con la participación de más de 60 delegaciones de Bolivia, Argentina, Chile, Ecuador y Perú que, con sus bailes, bandas de pueblo, mucho colorido y algarabía, serán la mayor atracción de esta fiesta.
Danzante de Pujilí
El Danzante de Pujilí, conocido también como “Tushug” o “Sacerdote de la Lluvia”, declarado en el 2001 Patrimonio Cultural Intangible de la Nación, es el personaje central de esta fiesta, cuyo esplendor y vistosidad cautivan a los turistas y hacen de esta celebración un acontecimiento imperdible.
Este personaje antiguamente bailaba de alegría por la cosecha del maíz, mediante ritos de guerra en honor al inca o cacique principal. A manera de esclavo, el danzante rendía culto con sus brazos y ritmo al cóndor de los Andes. Portaba en su mano diestra una planta de maíz, que fue reemplazada por un alfanje (puñal), costumbre que se mantiene desde la época de la colonia.
Diversas actividades en los barrios, ceremonias solemnes y juegos tradicionales forman parte de los festejos. Al octavo día, sin embargo, el Danzante pone en escena toda su expresión: artística y simbólica. La imponente apariencia del Danzante representa la figura del cóndor de los Andes, distinguido por tener una atractiva corona con plumas y una amplia cola que llega hasta los talones del bailarín que lo posee. Además viste un traje multicolor lleno de encajes, bordados, monedas antiguas y sobre sus hombros lleva un penacho con enormes espejos e impregnaciones de pedrería y plumas, que simbolizan el poderío de las aves andinas.
El danzante baila al son del tambor y el pingullo con su mujer, quien viste con cintas multicolores, anaco de bayetilla y rebozo de seda. En la cintura amplias fajas. Sombrero de paño, aretes de plata y vistosos collares.
El próximo fin de semana la cita es en Pujilí, provincia de Cotopaxi, para disfrutar de esta maravillosa expresión cultural.