La Chocolatera un destino para el aviturismo

(Salinas, Santa Elena. 08.05.2018).- La Chocolatera, en Salinas, es el nuevo punto de encuentro para los amantes del aviturismo y la naturaleza, y está ubicado en el Área de Reserva Marino Costera Península de Santa Elena (Remacopse), así el aviturismo crece en la costa del Ecuador.

El avistamiento de aves se lo puede realizar todo el año, y en esta época las autoridades refuerzan el mensaje de conservación de los sitios que sirven de “paradero” de aves. Durante esta temporada es fácil observar a diferentes especies de pájaros comiendo, mudando el plumaje o simplemente descansando para luego retomar su vuelo.

La Chocolatera, en Salinas, es el nuevo punto de encuentro para los amantes del aviturismo y la naturaleza.

Cientos de amantes del aviturismo visitan cada año Ecuador. Los viajeros tienen esta nueva opción que brinda las facilidades para la práctica de la actividad. Buena infraestructura, variedad de escenarios, cercanía con las especies, diversidad de ecosistema y, por supuesto, la variedad de aves que posee el lugar son las cualidades que hacen de la Chocolatera un lugar idóneo para disfrutar en familia o entre amigos.

Con el “Festival de Aves Playeras” realizado el pasado abril, se promovió el avistamiento aves y el turismo en la zona, que tiene mucho que ofrecer en sus cálidas playas y sitios turísticos.  Este fue un evento que convocó a los visitantes a vincularse con la conservación de las aves playeras y la naturaleza.

Durante la jornada ecológica, la Organización “Aves y Conservación” y el ministerio del Ambiente dieron a  conocer información científica sobre las especies. Además, el Ministerio de Turismo brindó datos que permitan a los visitantes disfrutar de una mejor y óptima manera su estadía en este destino del país.

Cabe señalar que la Chocolatera no es el único lugar donde se puede realizar esta actividad. Otro sitio destacados es el humedal de Ecuasal, en Salinas. Las piscinas de este lugar son un paradero muy importante para aves playeras migratorias y no migratorias.

Con estos espacios, la provincia de Santa Elena se convierte así en un verdadero paraíso para los ornitólogos y para aquellos que, sin ser observadores profesionales, son aficionados al avistamiento de aves.