[CAMPAÑA BALLENAS] El Planeta Agua, la seguridad de las ballenas y el cuidado ambiental

(Quito-Pichincha, 10.07.2018).-  A lo largo de la costa ecuatoriana podemos encontrar muchos lugares que ofrecen turismo de ballenas. La infraestructura y  los servicios diferencian un sitio de otro. Sin embargo, lo más importante es la seguridad que ofrezca la embarcación y conformada idealmente por un capitán, un marinero y un guía naturalista.

Planeta Agua                  

Aunque su nombre es Tierra, el 70% está cubierta por enormes océanos. La inmensidad del Océano no solo a lo largo y ancho, sino también en profundidad, le permite albergar diversos y fascinantes ecosistemas, mucho de los cuales aún permanecen inexplorados. Es el hogar de más de 100 millones de especies donde se destaca la ballena jorobada.

¿Cómo las ballenas y los delfines se adaptaron para vivir en el mar?

Las ballenas y los delfines no son peces. Al tener que vivir en el agua se han adaptado a la vida acuática. Han cambiado varias partes de su cuerpo interna y externamente, para adaptarse a la vida en el agua.

La primera adaptación de los cetáceos fue modificar la forma del cuerpo, disminuyendo la resistencia el agua (hidrodinámico). El cuerpo de  ballenas  y delfines tiene la forma de torpedo, más ancho en el tórax y delgado en la región posterior. Esto ayuda para la velocidad y la resistencia al agua. La capa de grasa aumenta o disminuye en ciertas partes del cuerpo, contribuyendo a la adaptación.

Las dos corrientes

Nuestro país megadiverso también incluye una amplia variedad de especies marinas, esto se debe a que la costa ecuatoriana es recorrida por dos corrientes oceánicas, la Fría de Humboldt y la  cálida de El Niño, que proporcionan una gran cantidad de nutrientes a la cadena alimenticia marina.

Las ballenas jorobadas migran más de 8.000 kilómetros cada año desde el Polo Sur hasta Ecuador solamente para dar a luz a sus crías y buscar alternativas de sobrevivencia a su especie.

El recurso ballena amenazado

Las ballenas en todo el mundo, por muchos años, fueron blanco para los cazadores quienes utilizaron su aceite para engrasar antiguos relojes y lubricar todo tipo de máquinas, además para el tratamiento del cuero, la fabricación de velas, jabones, perfumería y cosméticos.

"Solo en Europa, la limpieza de costas y playas cuesta cada año a las administraciones alrededor de 630 millones de euros. El sector del turismo también sufre las consecuencias. La presencia de basura en las costas puede ofrecer una imagen negativa que haga disminuir la cifra de visitantes"

La población de ballenas jorobadas en el mundo durante la época de caza, se redujo de 200.000 animales a 10.000 – 20.000 individuos.

Afortunadamente los arpones fueron reemplazados por cámaras fotográficas y los balleneros por curiosos turistas.

La observación de ballenas en el Ecuador se ha convertido en la actividad eco-turística marina más interesante de la región costera del país.

¿Cómo afecta el consumo de plásticos a nuestros océanos?

Nos guste o no nos guste, el plástico forma parte de nuestra vida diaria. Bolsas, envases, utensilios de cocina, objetos diversos… incluso las prendas de ropa y el calzado incorporan elementos plásticos de forma habitual. Y ¿por qué se utiliza tanto el plástico? Las ventajas para la industria son triples: es un material versátil, duradero y, sobre todo barato que permite producir en serie a costes muy bajos.

Pero la proliferación del plástico está ocasionando serios problemas en materia medioambiental. Cada año van a parar a nuestros mares y océanos toneladas de plásticos, una basura aparentemente invisible pero altamente nociva.

Impacto de la basura marítima sobre la economía

La acumulación de residuos plásticos no solo daña la fauna marina, también tiene repercusiones sobre la economía. El ejemplo más directo lo tenemos en la denominada “pesca fantasma” provocada por el abandono de redes y aparejos en el mar. Esas redes atrapan a numerosos peces que acaban muriendo, lo que reduce los stocks de pesca.

Solo en Europa, la limpieza de costas y playas cuesta cada año a las administraciones alrededor de 630 millones de euros. El sector del turismo también sufre las consecuencias. La presencia de basura en las costas puede ofrecer una imagen negativa que haga disminuir la cifra de visitantes.

Como evitar este daño ambiental

La clave está en comprar de manera consciente y adoptar nuevos hábitos.  Aplicar la regla de las tres erres (reducir, reciclar y reutilizar) es más sencillo de lo que pensamos; tan solo es preciso poner de nuestra parte  y recuperar la mentalidad de nuestras abuelas, que vivieron toda su vida sin plásticos, tápers ni envoltorios de porexpán.

El ministerio de Turismo invita a todas las y los ecuatorianos a unir esfuerzos para no dejar basura en playa, tampoco en el mar. Basura que nosotros generemos guardemos para luego depositar en lugares indicados.

Fuentes: Manual de Campo Observación de Ballenas en Ecuador, 2017, Cristina Castro; Subsecretaría de Gestión Marina y Costera-Ministerio del Ambiente; elplasticomata.com.