“El Caribe termina en Guayaquil”

Parece que lo habría dicho Alexander von Humboldt en uno de sus diarios de viaje durante el siglo XIX: “El Caribe termina en Guayaquil”. Y así sin duda es, porque esta ciudad es la capital austral de la salsa. Es el puerto principal del Ecuador junto al inmenso y manso río Guayas, pero su ambiente es de mar.

La llamada Perla del Pacífico ha resistido a piratas y corsarios, a incendios y pugnas políticas, pero, sobre todo, ha sabido mantener una identidad cultural porteña con matices coloniales, republicanos y modernos. Crece junto al gran río Guayas y tiene su mirada hacia los Andes. Su vida cotidiana es intensa: sus cuatro millones de habitantes la hacen la más grande y poblada del país. Los lugares para visitar dentro de su casco urbano son múltiples.

Está, por ejemplo, el famoso barrio Las Peñas, el más tradicional e histórico de Guayaquil. Junto con la plaza, la iglesia y las escalinatas al cerro Santa Ana, el sitio constituye una muestra de la ciudad antigua. Por lo menos 11 presidentes de la República han vivido en él. Guarda el esplendor y la vida de la belle époque europea de la última década del siglo XIX y principios del XX. En el mes de julio de cada año se convierte en una vitrina de artistas que viven allí y de variadas manifestaciones culturales propias de la ciudad.

Además de admirar sus coloridas casas, sus típicas calles angostas y los recovecos que comunican un callejón con pequeñas plazas, se puede acceder al cerro Santa Ana por medio de sus 442 escaleras. En el recorrido se puede encontrar de todo: comedores, bares, galerías, restaurantes, una pileta, un faro y la preciosa capilla al final. Desde el faro se puede apreciar la majestuosidad del río Guayas.

También está el moderno Malecón 2000, ubicado frente al río Guayas, que posee una extensión de aproximadamente dos kilómetros y medio, y encierra entretenimiento, cultura y naturaleza. Conocido como la Calle de la Orilla, se denominó posteriormente Simón Bolívar; sin embargo, para el año 2000, la Municipalidad decidió reconstruirlo y mejorarlo para convertirlo en un lugar turístico. Desde este momento se lo conoce como Malecón 2000. Se extiende desde la calle Cuenca, en el sur de la ciudad, hasta el barrio Las Peñas, en el norte.

Dentro del Malecón, además del paseo junto al río, se pueden visitar sus jardines, que cuentan con plazas y plazoletas creadas para complementar la belleza que confiere su vegetación. Es posible disfrutar de la diversidad de más de 350 especies vegetales nativas, además de las que han sido introducidas al país.

El sector norte está dedicado al entretenimiento y libre esparcimiento de niños y adultos, con juegos, áreas de descanso y ejercicio, restaurantes y bares. En el centro tenemos la Plaza Cívica con una galería que honra a los personajes más destacados en la historia de la ciudad. Se puede apreciar monumentos y esculturas, incluso cuatro de ellas representan los elementos de la naturaleza: aire, agua, fuego y tierra. El Yacht Club de Guayaquil y el Club Naval se encuentran también en este sector.

En el Malecón está, además, el Teatro IMAX-Malecón 2000, el primero de este tipo en Sudamérica. Un domo con la más alta tecnología en proyección de películas de gran formato, exclusiva de IMAX Corporation. Posee 185 butacas con un sistema de audio y video de alta definición.

Otro lugar para visitar en la gran urbe es el Parque del Centenario, que tiene una superficie de más de 20 hectáreas. Se encuentra entre las calles Lorenzo de Garaycoa, Vélez, Pedro Moncayo y Víctor Manuel Rendón. Se inauguró el 9 de octubre de 1920 y se concluyó en 1937.

En la avenida Nueve de Octubre se encuentra la puerta principal del parque. Las puertas secundarias se orientan en dirección norte-sur por la calle Seis de Marzo. En el lado oriental del parque se pueden ver dos briosos caballos y sus aurigas desnudos, creados por el escultor catalán Juan Rovira, que enmarcan el pórtico principal hacia la calle Lorenzo de Garaycoa.

En la parte central se encuentra un imponente monumento: la Columna de los Próceres, un homenaje a los héroes de la emancipación local y regional. Sobre la calle Víctor Manuel Rendón, hacia el norte, se encuentra la estatua de una cosechadora que, bajo la forma de de Artemisa o Deméter, recoge con una hoz los frutos y la riqueza agrícola de la tierra; la figura de Hermes recuerda el comercio y el intercambio entre los pueblos. Otro atractivo del Parque es la Fuente de los Leones, en la esquina de las calles Pedro Moncayo y Vélez. Tiene forma octogonal y está construida de cemento.

Por último, el turista no puede dejar de ir al Parque Seminario, también conocido como parque Bolívar o De las Iguanas, por la gran cantidad de ellas que existen en él. Estos atractivos animales viven en sus pequeños y muy bien ornamentados jardines, lo que le otorga un aire prehistórico. Este es uno de los parques más antiguos de Guayaquil, ya que se encuentra ubicado en el centro de la ciudad antigua colonial. Está entre las calles Chile y Diez de Agosto.

Además de las iguanas, está el monumento de los jabalíes, que se colocó luego de la inauguración de la estatua del Libertador ocurrida el 24 de julio de 1889. Este monumento fue una donación de la Colonia China, y se integra a los demás elementos del parque. También está la glorieta o kiosco, que es parte ya del parque desde 1900. Se desconoce el nombre de su autor, pero se supone que fue fundida en los talleres Val Dosme, en Francia, alrededor de 1882.

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Subsecretaria de Información y Comunicación Turística


 

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