Todo listo para el “Pase del Niño Viajero” de Cuenca

(Cuenca, Azuay. 14-12-2017).- El Pase del Niño Viajero de Cuenca, es una de las fechas del turismo religioso más importantes del Ecuador. Cada 24 de diciembre, cerca de 500 mil personas se movilizan por la calle Bolívar para festejar la navidad, danzando, cantando, bailando y regalando pan de pascua con chicha de jora a los miles de asistentes, todo; en homenaje al Niño Viajero, el rey absoluto de la gran celebración, conocida como el “Quinto río de Cuenca”.
El gran festejo al “Niño Viajero” incia a la 08H00 con la misa campal en la Iglesia del Carmen de la Asunción. Luego los priostes y religiosos trasladan la imágen hacia la Iglesia Corazón de Jesús, donde en un elegante altar el Niño permance por un tiempo de tres horas, para la adoración y visita de sus fieles. A las 10H00 empieza la gran pasada por la calle Bolívar.
El Pase parte con el desfile del ángel de la estrella, que anuncia la llegada del Niño Jesús. Este párrafo bíblico es escenificado por jóvenes religiosos de la ciudad. Los asistentes a la pasada maravillados con su presencia, de a poco se van uniendo a la procesión.
Luego estudiantes de las escuelas, colegios y universidades de Cuenca y el Azuay, personifican escenas bíblicas como la anunciación, visita de la Virgen María a su prima Isabel, huida a Egipto, senso en Egipto, recreación del Nacimiento en Egipto, visita de los Reyes Magos, cantos y alabanzas de los pastores. Todo el espectáculo va montado en gigantes carros alegóricos que llenan de colorido y alegría la calle Bolívar.
Al gran Pase se suman las familias cuencanas y azuayas. Todos preparan para el 24 de diciembre sus mejores galas para caminar y saludar al “niñito viajero”. La mayoría desfilan personificando a la gran familia. La mamá va de Virgen María, el papá del carpintero José, el bebé de la casa de Jesús recién nacido y los demás miembros de la familia de pastores, gitanos, charros, mayorales, cholitas, afros, montubios y amazónicos.
El baile del tucumán y las danzas acompañadas de las famosas bandas de pueblo, animan a los viajeros, turistas y ciudadanos en general, que permancen imnotizados por la alegre presencia de los grupos, que al mismo tiempo reparten a todos, caramelos, pan de pascua y chicha.
El Pase va cerrando su trayento con el recorrido de la imágen del Niño Viajero por toda la calle Bolívar. Todos quieren saludarlo y a cada paso las ofrendas, rezos y agradecimientos son demostrados por la eufórica feligresía. El Niño concluye su pasada en la Plaza de las Flores, donde el festejo por su celestial presencia continúa con la Misa del Gallo, con la presencia de miles de personas.
Los mejores sitios para tomar fotografias, grabar videos y observar el gran Pase del Niño Viajero y compartirlo con el mundo a través de las redes sociales, son los balcones de las casas patrimoniales de la Calle Bolívar. Cada 24 de diciembre sus propietarios permiten el ingreso de quienes anhelan observar la corriente del Pase del Niño denominado el “Quito río de Cuenca”, por la multitudinaria presencia de personas caminando hacia una misma dirección.
¡Algo de historia!
El pase (también denominado pasada) que se realiza cada 24 de diciembre se realiza en honor a una imagen que fue mandada a tallar en 1823 por Josefa Heredia y perteneció a la familia Cordero. Uno de sus descendientes, monseñor Miguel Cordero Crespo, llevó de viaje al Niño para visitar, entre otros lugares, Roma, Tierra Santa, colocarlo en el lugar donde nació Jesús y bautizarlo en el río Jordán.
Cuando Cordero regresó, en el año 1961, fue recibido por Rosa Palomeque, amiga del sacerdote, quien dijo al ver la imagen: «¡Ya llegó el viajero!». Desde ahí se lo conoce como Niño Viajero. Ese mismo año se celebró su primer pase y fue creciendo hasta convertirse en la Gran Pasada.
La primera mantenedora del Pase del Niño Viajero fue Rosa Palomeque, quien luego encargó esa función a su hija Rosa Pulla. Al fallecer, en el año 2007, se hizo cargo su hija, Carmela Llivipuma, quien actualmente prepara grandes cantidades de pan y chicha para regalar a los participantes de la pasada.